miércoles, 16 de septiembre de 2009



Posted by Esto que acaba de leer, lo afirmo como que me llamo Lucila en 22:41
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martes, 18 de agosto de 2009



El cabezón vuela buscando a Dios
en la whiskería.
Él va revoleando botellas
a la deriva
y mensajes 'teocráticos'.
Corre a aferrarse
no es real, es de piedra
mira las calles
y todavía hay huellas de carreta,
los paraguas no son del veinticinco
vienen de Taiwán.
El Japo cae señalado
por una bala que no eligió
y sus amigos viajan en un mundo celeste
dejando atrás una ruta de líneas blancas
custodiando las noches
entre lunas de mares calmos.
Las sirenas dan concierto
en “si señor” sostenido
y los niños bajan al mundo
en la garúa de un bautismo.
El barro con sus dientes de acero
destroza las zapatillas marca bandera
y plantillas de diario.
La madrugada le suspira
el dedo gordo,
el de proa, vio.
Ese que un día se perdió en la tormenta
cuando las estrellas dejaron de brillar,
el mismo en que el mono
salió del agua para convertirse en hombre.
¡Ah! Y los que bajaron del cielo también.
Y así transitaron juntos desde el lunes
al picadito del domingo.

Posted by Esto que acaba de leer, lo afirmo como que me llamo Lucila en 23:27
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jueves, 21 de mayo de 2009


Habrá que resignarse a ser pregunta...
arremangarse los pies,
seguir andando,
con un golpe de sismo por la espalda
sin cimientos
ni contemplaciones
habrá que acostumbrarse sin respuesta
morir en una historia y otra historia
salir de una historia,
entrar en otra historia,
salir y entrar pateando las preguntas
por los caños de la piel
hasta los huesos
y andar
humano no más
apuntalando luchas
controlando el pulso de la tierra
mirarse escombro en el mapa de los sueños...

Posted by Esto que acaba de leer, lo afirmo como que me llamo Lucila en 22:06
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